martes, 3 de octubre de 2023

Principales patologías en corredores:

Principales patologías en corredores:

¿El 25% de los corredores sufren una lesión al año? Algunas de las lesiones más comunes son la tendinitis rotuliana, la fascitis plantar, la rotura fibrilar y el síndrome de la cintilla iliotibial. 
Estas lesiones pueden ser causadas por una mala técnica, un sobreentrenamiento, un calzado inadecuado o una falta de descanso y recuperación. Para prevenir estas lesiones, es importante seguir una serie de consejos como hacer estiramientos antes y después de correr, cuidar la alimentación, tomar suplementos alimenticios para deportistas y elegir unas zapatillas adecuadas a tu tipo de pisada. 

Si quieres saber más sobre las lesiones más frecuentes del corredor, sus causas, síntomas y tratamientos, te invitamos a leer este artículo aquí. Y si tienes alguna duda o consulta, no dudes en contactarnos. ¡Te esperamos!

Tendinitis rotuliana
La tendinitis rotuliana es una inflamación del tendón que une la rótula con la tibia. Este tendón ayuda a extender la rodilla y a realizar actividades como correr, saltar y patear. La tendinitis rotuliana se produce por un uso excesivo del tendón, que provoca pequeños desgarros y dolor. Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir esta lesión son la práctica de deportes que implican saltos frecuentes, los músculos rígidos en las piernas, el calzado inadecuado o una mala técnica al correr. 
Los síntomas más comunes son el dolor en la parte frontal de la rodilla, debajo de la rótula, que empeora al hacer ejercicio o al subir escaleras. El tratamiento de la tendinitis rotuliana suele incluir terapia física, medicamentos antiinflamatorios, hielo y reposo. En casos más graves, puede ser necesaria una cirugía para reparar el tendón.

El diagnóstico de la tendinitis rotuliana se realiza principalmente con la exploración del paciente y la localización del dolor. El médico puede presionar partes de la rodilla para determinar dónde te duele. Por lo general, el dolor por la tendinitis rotuliana proviene de la parte frontal de la rodilla, justo debajo de la rótula. Es posible que el médico recomiende uno o más de los siguientes estudios de diagnóstico por imágenes:
Radiografías. Las radiografías ayudan a excluir otros problemas óseos que pueden causar dolor de rodilla.
Ecografía. En esta prueba se usan ondas sonoras para crear una imagen de la rodilla, que revela los desgarros en el tendón rotuliano.
Resonancia magnética. La resonancia magnética usa un campo magnético y ondas de radio para crear imágenes detalladas que pueden revelar cambios imperceptibles en el tendón rotuliano.
Estos estudios pueden ayudar a confirmar el diagnóstico y a descartar otras posibles causas del dolor, como una fractura, una infección o una artritis. También pueden servir para evaluar el grado de lesión del tendón y la presencia de degeneración tendinosa.

Fascitis plantar
La fascitis plantar es una inflamación de la fascia plantar, que es una banda de tejido que se extiende desde el talón hasta los dedos del pie y que sostiene el arco del pie. La fascitis plantar puede causar dolor punzante en la planta del pie, especialmente al levantarse por la mañana o después de estar mucho tiempo de pie o sentado. Algunas de las posibles causas de la fascitis plantar son el uso excesivo del tendón, la mala mecánica del pie, el sobrepeso, el calzado inadecuado o la práctica de deportes que implican saltos o carreras¹²³.
Diagnóstico

El diagnóstico de la fascitis plantar se basa en el examen físico y la localización del dolor. También se pueden realizar pruebas de imagen como radiografías, ecografías o resonancias magnéticas para descartar otras causas o evaluar el grado de lesión del tendón². El tratamiento de la fascitis plantar suele incluir medidas como reposo, hielo, medicamentos antiinflamatorios, fisioterapia, estiramientos, férulas nocturnas, plantillas ortopédicas o cirugía en casos severos¹²³. Para prevenir la fascitis plantar, se recomienda usar un calzado adecuado, cuidar el peso corporal, calentar antes de hacer ejercicio y evitar superficies duras o irregulares¹².

Síndrome de la cintilla iliotibial 

El síndrome de la cintilla iliotibial es una lesión que afecta a la parte lateral de la rodilla, causada por la inflamación de la cintilla o banda iliotibial, que es un tejido fibroso que va desde la cadera hasta la tibia. 

Esta lesión es común en los corredores y otros deportistas que realizan movimientos repetitivos de flexión y extensión de la rodilla. Algunos de los síntomas del síndrome de la cintilla iliotibial son:

- Dolor punzante o ardor en el lado externo de la rodilla, que se agrava al correr, saltar o subir escaleras.
- Sensibilidad al presionar el área afectada.
- Rigidez o hinchazón en la rodilla.
- Disminución del rango de movimiento de la rodilla.

Algunas de las posibles causas del síndrome de la cintilla iliotibial son:

- El roce excesivo entre la cintilla iliotibial y el hueso del fémur, que produce irritación e inflamación.
- La debilidad o desequilibrio muscular en los glúteos, los cuádriceps o los isquiotibiales, que alteran la alineación de la rodilla y aumentan la tensión en la cintilla iliotibial.
- La pronación excesiva del pie, que provoca una rotación interna de la tibia y una mayor fricción de la cintilla iliotibial.
- El uso de un calzado inadecuado, que no brinda el soporte o la amortiguación necesarios para el pie y la rodilla.
- El entrenamiento excesivo o inadecuado, que no respeta los tiempos de descanso, recuperación y progresión adecuados para el cuerpo.

El tratamiento del síndrome de la cintilla iliotibial suele incluir las siguientes medidas:
- Reposo relativo, evitando las actividades que empeoren el dolor y favoreciendo las que no lo agraven, como nadar o andar en bicicleta.
- Aplicación de hielo en la zona afectada, varias veces al día, durante 15 a 20 minutos cada vez, para reducir la inflamación y el dolor.
- Uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como ibuprofeno o naproxeno, para aliviar el dolor y la inflamación. Se recomienda consultar con el médico antes de tomar cualquier medicamento.
- Realización de ejercicios de estiramiento y fortalecimiento muscular, bajo la supervisión de un fisioterapeuta, para mejorar la flexibilidad y el equilibrio muscular de la cadera, el muslo y la rodilla.
- Uso de plantillas ortopédicas, férulas nocturnas o vendajes funcionales, según las indicaciones del médico o el podólogo, para corregir las alteraciones biomecánicas del pie y la rodilla que puedan contribuir al síndrome de la cintilla iliotibial.
- Modificación del entrenamiento, ajustando la intensidad, la frecuencia, la duración y el tipo de superficie sobre la que se corre, para evitar el sobreuso y el estrés excesivo en la rodilla.
- Cambio del calzado deportivo, eligiendo uno que se adapte al tipo de pisada y que ofrezca una buena sujeción y amortiguación.

Si el tratamiento conservador no es suficiente para resolver el síndrome de la cintilla iliotibial, se puede recurrir a otras opciones como las infiltraciones con corticoides o ácido hialurónico, las ondas de choque extracorpóreas o la cirugía. Estas opciones deben ser valoradas por el médico especialista según cada caso.

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