¿Por qué los doctores no quieren operar las fracturas de clavícula?
¿Por qué los doctores no quieren operar las fracturas de clavícula?
Cuando un paciente sufre una fractura de clavícula, una de las primeras dudas que surgen es: “¿Me van a operar?”. Para muchos resulta sorprendente que, aun teniendo un hueso roto, el médico recomiende no hacer cirugía.
Lejos de ser una decisión de comodidad o ahorro, esta recomendación está respaldada por años de investigación y resultados clínicos: en la mayoría de los casos, las fracturas de clavícula consolidan de forma excelente con tratamiento conservador, evitando los riesgos y complicaciones que conlleva una operación.
La elección no es al azar: es un razonamiento clínico basado en qué ofrece mejores resultados funcionales, menor riesgo y una recuperación segura.
Tratamiento de las fracturas de clavícula: ¿conservador o quirúrgico?
La clavícula es uno de los huesos que más se fractura, sobre todo en caídas, deportes de contacto o accidentes de tránsito. Aunque en la mayoría de los casos evoluciona bien, el tratamiento adecuado es clave para lograr una buena consolidación y recuperar la función del hombro lo antes posible.
Opciones de tratamiento
1. Tratamiento conservador
Indicado en la mayoría de los casos: fracturas no desplazadas o con poco acortamiento.
Método principal: cabestrillo o vendaje en 8, con el objetivo de inmovilizar el hombro y disminuir el dolor.
Ventajas: menos complicaciones, no requiere cirugía ni anestesia.
Desventajas: en algunos casos puede quedar una ligera deformidad estética (hueso “prominente”).
2. Tratamiento quirúrgico
Indicado en casos seleccionados, como:
fracturas muy desplazadas, con acortamiento >2 cm,
fracturas conminutas (varios fragmentos),
fracturas expuestas,
lesiones asociadas (vasculares o nerviosas),
pacientes jóvenes y muy activos en deportes o trabajos de fuerza.
Técnica: se utilizan placas y tornillos, o clavos intramedulares para alinear y estabilizar el hueso.
Ventajas: mejor alineación ósea, menor riesgo de consolidación viciosa.
Desventajas: riesgo de infección, molestias por el material y necesidad de una segunda cirugía para retirarlo en algunos casos.
Pronóstico y evolución
En la mayoría de los pacientes, la consolidación ocurre en 6 a 8 semanas.
El dolor disminuye significativamente en las primeras 2-3 semanas.
La función del hombro suele recuperarse casi por completo, aunque en un pequeño porcentaje puede persistir molestia al esfuerzo intenso.
El pronóstico es muy bueno si se siguen las indicaciones médicas y de rehabilitación.
Recuperación de la movilidad
La rehabilitación temprana es clave para evitar rigidez del hombro. Según las recomendaciones y guías de evidencia (incluidas revisiones sistemáticas tipo Cochrane):
Fase inicial (primeras 2-3 semanas): reposo relativo, movilización suave de mano, codo y muñeca del lado afectado.
Fase intermedia (3-6 semanas): cuando el dolor lo permita, iniciar ejercicios pendulares (movimientos suaves del brazo como péndulo).
Fase avanzada (6 semanas en adelante): ejercicios con ligas elásticas o bandas de resistencia para fortalecer los músculos del hombro y recuperar la movilidad completa.
👉 Ejemplos con ligas:
Elevación frontal y lateral del brazo (hasta donde el dolor lo permita).
Rotaciones externas con el codo pegado al cuerpo.
Ejercicios de tracción suave hacia atrás para fortalecer la escápula.
La progresión debe ser gradual, siempre supervisada por un especialista en rehabilitación.
✅ En resumen: la mayoría de las fracturas de clavícula se tratan de forma conservadora, con excelentes resultados. La cirugía queda reservada para casos específicos. La rehabilitación con ejercicios progresivos, incluyendo ligas de resistencia, ayuda a recuperar movilidad y fuerza, asegurando un regreso más rápido a la vida cotidiana y deportiva.
Comentarios
Publicar un comentario