🆘Escoliosis en niños: lo que toda mamá debe saber ❓
❤️🩹Cuando escuchamos la palabra escoliosis, muchas mamás se asustan pensando en algo grave o incapacitante. Sin embargo, no siempre es así. La escoliosis es una curvatura anormal de la columna vertebral, y su evolución depende mucho del tipo, la edad en que aparece y el seguimiento adecuado.
🧠 A continuación, te comparto de forma clara y completa lo que necesitas saber sobre este tema:
¿Qué es la escoliosis?
La columna de los niños normalmente debe verse recta cuando los miramos de frente o de espaldas. En la escoliosis, aparece una curva en forma de “S” o de “C”, que puede acompañarse de rotación de las vértebras. Esto genera que los hombros, la cadera o las costillas se vean desnivelados.
Tipos de escoliosis en niños
1. Escoliosis idiopática (la más frecuente)
Se llama así porque no tiene una causa clara.
Representa hasta el 80% de los casos.
Se subdivide según la edad en que aparece:
Infantil: antes de los 3 años.
Juvenil: de los 4 a los 9 años.
Adolescente: a partir de los 10 años, coincidiendo con la etapa de crecimiento rápido.
La escoliosis idiopática del adolescente es la más común.
2. Escoliosis congénita
Se produce porque algunas vértebras no se forman bien desde el embarazo.
Puede asociarse con otras malformaciones (corazón, riñones).
Requiere valoración temprana y vigilancia estrecha.
3. Escoliosis neuromuscular
Ocurre en niños con enfermedades neurológicas o musculares, como parálisis cerebral, distrofias o espina bífida.
Tiende a ser más progresiva y puede afectar la postura y la respiración.
4. Escoliosis secundaria
Se asocia a otras causas como tumores, traumatismos o cirugías previas.
Cómo detectar la escoliosis en casa
Las mamás suelen ser las primeras en notar cambios en sus hijos. Algunos signos de alerta:
Un hombro más alto que el otro.
Una cadera más prominente.
La ropa “se tuerce” o no les queda pareja.
Al agacharse, un lado de la espalda se ve más alto que el otro (esto se llama “test de Adams”).
👉 Si notas alguno de estos cambios, lo ideal es llevar a tu hijo con un especialista en ortopedia y traumatología pediátrica.
Pruebas y estudios
El médico puede solicitar:
Radiografía de columna: para medir el ángulo de la curva (llamado ángulo de Cobb).
Resonancia magnética: en casos seleccionados, para descartar problemas neurológicos.
Valoraciones adicionales: si hay sospecha de escoliosis congénita o neuromuscular.
Pronóstico y evolución
El pronóstico depende de:
La edad del niño: cuanto más pequeño, mayor riesgo de que la curva avance.
El tamaño de la curva: las curvas pequeñas (<20°) suelen vigilarse.
El tipo de escoliosis: las idiopáticas del adolescente muchas veces se mantienen estables; las congénitas o neuromusculares tienden a progresar más.
El crecimiento: la escoliosis suele avanzar más durante los “estirones” de crecimiento.
Tratamiento y vigilancia
1. Observación y controles periódicos
En curvas leves (<20°).
Revisiones cada 6 meses, con radiografías de seguimiento.
2. Corsé ortopédico
Se indica en curvas moderadas (20°–40°) y cuando el niño todavía está creciendo.
No corrige la curva, pero ayuda a que no aumente.
Requiere disciplina: se usa varias horas al día, según indicación médica.
3. Cirugía
En curvas severas (>45–50°) o cuando el corsé no es suficiente.
El objetivo es corregir lo más posible la deformidad y evitar que siga progresando.
Lo que toda mamá debe saber y hacer
No culparse: la escoliosis no se produce por malas posturas, cargar mochilas pesadas o dormir mal.
La detección temprana es clave: entre más pronto se diagnostique, mejores opciones de tratamiento.
La vigilancia es fundamental: incluso si la curva es pequeña, hay que seguirla de cerca durante los años de crecimiento.
El ejercicio ayuda: aunque no corrige la curva, fortalece músculos y mejora la postura (natación, pilates, ejercicios de fuerza adaptados).
Confianza en el especialista: cada caso es único y el tratamiento se adapta a la edad, tipo de escoliosis y pronóstico del niño.
✨ Mensaje final para mamás
La escoliosis en niños no siempre significa un futuro complicado. Con una detección oportuna, seguimiento adecuado y, en algunos casos, tratamiento con corsé o cirugía, la mayoría de los niños puede llevar una vida activa, saludable y sin limitaciones importantes.
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