Lesiones del hombro que requieren manejo artroscópico
El hombro es una de las articulaciones más complejas y móviles del cuerpo humano. Gracias a su diseño anatómico, nos permite realizar movimientos amplios y precisos, como lanzar una pelota, levantar objetos o simplemente peinarnos. Sin embargo, esa misma movilidad lo hace vulnerable a una amplia variedad de lesiones, especialmente en personas activas, deportistas o aquellas que realizan esfuerzos repetitivos.
Cuando el dolor, la inestabilidad o la pérdida de función no mejoran con tratamiento conservador (reposo, medicamentos, fisioterapia), la artroscopía de hombro se convierte en una herramienta diagnóstica y terapéutica muy eficaz. En este artículo te explico qué tipo de lesiones pueden requerir este tipo de cirugía mínimamente invasiva, y cuándo considerar esta opción.
¿Qué es la artroscopía de hombro?
La artroscopía es una técnica quirúrgica que utiliza pequeñas incisiones por las que se introduce una cámara (artroscopio) y microinstrumentos para explorar y tratar directamente el interior de la articulación. Esto permite reparar tejidos dañados con mayor precisión, menor trauma quirúrgico y una recuperación más rápida que las cirugías abiertas tradicionales.
Principales lesiones que pueden requerir artroscopía en el hombro
1. Lesiones del manguito rotador
El manguito rotador está formado por un grupo de tendones que estabilizan el hombro y permiten su movimiento. La lesión más común es el desgarro del tendón supraespinoso.
Síntomas: Dolor al elevar el brazo, pérdida de fuerza, dolor nocturno.
Causas: Degeneración progresiva por la edad, traumatismos, sobreuso en deportistas (tenis, natación, crossfit).
Tratamiento: Si el desgarro es parcial o completo y no responde al tratamiento conservador, se puede realizar una reparación artroscópica para reinsertar los tendones al hueso.
2. Lesiones del labrum (SLAP y Bankart)
El labrum es un anillo de cartílago que rodea la cavidad glenoidea y proporciona estabilidad a la articulación del hombro.
SLAP: Lesión del labrum superior, frecuente en lanzadores o pacientes con movimientos repetitivos por encima de la cabeza.
Bankart: Lesión del labrum anterior asociada a luxaciones del hombro.
Tratamiento: Reparación artroscópica mediante suturas especiales para reanclar el labrum y restaurar la estabilidad.
3. Luxaciones de hombro recurrentes (inestabilidad glenohumeral)
Cuando un paciente ha sufrido múltiples luxaciones, el hombro pierde su estabilidad natural.
Síntomas: Sensación de que el hombro “se sale”, dolor e inseguridad al realizar ciertos movimientos.
Tratamiento: La cirugía artroscópica permite reparar las estructuras dañadas y prevenir nuevas luxaciones, especialmente en pacientes jóvenes y activos.
4. Síndrome de pinzamiento subacromial
Es una causa frecuente de dolor en el hombro por roce entre el acromion y los tendones del manguito rotador.
Síntomas: Dolor al levantar el brazo, al dormir de lado o al realizar movimientos repetitivos.
Tratamiento: Si no mejora con fisioterapia e infiltraciones, la artroscopía permite descomprimir el espacio subacromial y mejorar el deslizamiento de los tendones.
5. Tendinitis crónica o bursitis persistente
Cuando la inflamación de los tendones o la bursa subacromial no mejora pese al manejo conservador, la artroscopía permite realizar una limpieza articular (desbridamiento) que alivia el dolor y mejora la función.
¿Cuándo considerar una artroscopía?
No todas las lesiones del hombro requieren cirugía. Sin embargo, hay ciertas situaciones en las que la artroscopía está indicada:
Dolor persistente que limita tus actividades diarias o deportivas.
Pérdida significativa de fuerza o movilidad.
Inestabilidad recurrente o luxaciones repetidas.
Fallo del tratamiento conservador tras varias semanas o meses.
Diagnóstico confirmado por estudios de imagen (resonancia magnética o ultrasonido) que muestra una lesión estructural.
Ventajas del tratamiento artroscópico
Cirugía mínimamente invasiva
Menor dolor postoperatorio
Recuperación más rápida
Menores complicaciones
Cicatrices pequeñas
Mayor precisión en la reparación de tejidos
Conclusión
La artroscopía de hombro es una herramienta moderna, segura y eficaz para tratar muchas de las lesiones más frecuentes en esta compleja articulación. El diagnóstico oportuno y un plan de tratamiento individualizado pueden marcar la diferencia en la calidad de vida del paciente, evitando que el problema se agrave o se cronifique.
Si presentas dolor persistente en el hombro, sensación de inestabilidad o limitación funcional, consulta con un especialista en ortopedia y traumatología. La evaluación clínica y los estudios adecuados permitirán definir si eres candidato para un tratamiento artroscópico y ayudarte a recuperar tu movilidad y bienestar.
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